La confianza fortalece la relación entre una marca y su audiencia. Descubra cómo crear contenido confiable para conectar orgánicamente con su audiencia. El marketing de contenidos ayuda a las marcas a fortalecer sus relaciones con los clientes: les brinda acceso a contenidos de calidad, fácilmente verificables o contrastables; les ayuda a resolver sus inquietudes en tiempo real y les ofrece, además, un canal de comunicación exclusivo. Como resultado, las marcas logran ser percibidas como referentes en su industria. Llegar a ese punto amerita confianza. Un estudio realizado por la consultora tecnológica Accenture puede dar más luces al respecto: 43% de los suscriptores de la firma dijeron haber abandonado alguna marca cuando perdieron la confianza que le tenían. El contenido funciona igual: si no es fiable no va a ser leído ni compartido, por lo que debe ser auténtico, transparente y centrado en las necesidades de su público. Hoy cada marca tiene la oportunidad de crear y distribuir contenido de valor por sí misma, para fortalecer su credibilidad, influencia y confianza.
Existen quienes ponen a disposición sus plataformas solo para producir y distribuir conocimiento, y no para ofrecer productos o servicios. Bancolombia es un ejemplo: en su portal “Innovación, capital inteligente y pymes” entrega y promueve contenido para negocios sobre temas relacionados con emprendimiento, tecnología y finanzas. Crear confianza implica más que solo escribir contenido atractivo y de calidad. Algunas veces, el contenido es la única impresión que los usuarios pueden tener sobre una marca. Puede que esta se dedique exclusivamente a producir piezas (artículos, podcasts, infografías, videos, entre otros) para su público y no ofrezca otro tipo de bien, producto o servicio. Si ese es el caso, también es la única forma que la empresa tiene para atraer o enganchar a la audiencia objetivo. Toda estrategia que busque ganarse la confianza de la audiencia tiene que proporcionar el contenido correcto -y prometido- capaz de responder todas sus preguntas, pues puede que no haya otra oportunidad para captar y retener su atención.
Los datos del software de inteligencia artificial Sysware señalan que 78% de los consumidores confiarían en una marca si crea contenido más personalizado. Ponerse en el lugar del lector, determinar cómo ve el mundo y usar ese conocimiento para entregar el contenido que quiere y necesita es la primera clave del éxito. Publicar de manera constante permite que la audiencia sepa que la marca se encuentra preocupada por desarrollar los temas que le interesan. Responder a un cronograma (bien sea de días u horas de publicación) ayuda a que el público establezca una “cita” con el contenido y sepa cuándo y dónde buscarlo. El cronograma depende directamente de los objetivos de la marca. Puede que publique diariamente o cada ciertos días; lo importante es ser constantes con la frecuencia y el contenido que se ha publicado. Es importante citar las fuentes que se usaron para la investigación. Si no, su audiencia puede cuestionar la validez de sus afirmaciones hasta tanto no se redirija a la fuente original de los datos.
La única forma de dar peso a lo que se dice es incluir fuentes pertinentes, autorizadas y vigentes. La marca debe preguntarse quiénes son las autoridades en su industria: ¿el gobierno? ¿Firmas con excelente reputación? Es muy importante que se asegure de que su información proviene de fuentes creíbles y contrastables. Si no puede ubicar esa información en otro lugar, es muy probable que sea falsa. Si desea insertar hipervínculos, conéctelos siempre al sitio en internet donde encontró la información. Nadie confía en un contenido lleno de errores. Asimismo, el tiempo de atención que las personas disponen para leer algo es más corto, por lo que solo se tienen unos segundos para demostrar que el contenido es digno de su tiempo. Verificar la gramática y la ortografía de la pieza. Nada irritará más a su audiencia que la presencia de errores gramaticales u ortográficos, por lo que se recomienda realizar varias lecturas, asesorarse con un editor y usar herramientas de corrección como Grammarly o Hemingway Editor, que detectan cualquier error evidente.
Tener un manual de estilo. Esto servirá de guía para cualquier redactor o escritor que preste algún servicio a la organización, por lo que hasta un redactor independiente podrá alinearse al estilo y tono de la marca sin que se evidencie la diferencia entre un redactor y otro. Velar por la originalidad del contenido. Más de la mitad de los profesionales en mercadeo prefieren que el contenido escrito sea completamente original. Existen herramientas como Kissmetrics que ayudan a los redactores a escribir un contenido único y bien investigado. Evitar el contenido publicitario y sensacionalista. El marketing de contenidos no está hecho para publicitar ni para ofrecer información sensacionalista. Al contrario, debe ser honesto, responder al título, a los objetivos y a lo que se promete. Un contenido invasivo perderá confianza y lectores. Mejorar la narrativa. Esto puede lograrse con ejemplos del mundo real y con testimonios de otros clientes. Si no los hay, entonces debe jugarse con la imaginación de la audiencia y hacerlos participar en el contenido: cómo pueden cambiar sus vidas con la solución que se plantea, por ejemplo. Elaborar el contenido centrados en la audiencia y no en su distribución. Luego de satisfacer los requerimientos de la audiencia en cuanto al desarrollo del contenido, se elegirá el mejor canal de distribución y cómo puede aprovecharse el contenido que ya se ha escrito. Algunas marcas se enfocan solamente en el canal de distribución, a pensar cuál podría ser más exitoso, y dejan a un lado lo verdaderamente importante: el contenido y lo que con él se busca resolver.