Madrid, 03 de junio de 2021 — McDonald’s lanza una nueva App diseñada para mejorar la experiencia del cliente y su relación con la compañía. Como parte de su estrategia de transformación digital, McDonald’s ha desarrollado una nueva aplicación móvil que tiene como principal premisa extender al mundo digital la experiencia del consumidor con la marca. Para ello, el diseño, así como la usabilidad y la navegación de la nueva app, responden a un modelo que busca generar buenos momentos de diversión en cada una de las interacciones del consumidor con la App. Como principales novedades, la App presenta un novedoso programa de fidelización al mismo tiempo que una innovadora gama de ofertas diseñada específicamente para satisfacer de forma personalizada las expectativas de nuestros usuarios. El nuevo programa de fidelización de clientes está basado en un sistema de puntos acumulables en cada pedido canjeables por ofertas en productos icónicos, merchandising de la marca y otros beneficios diseñados en exclusiva para los usuarios de la App.
Además, y como parte de la apuesta de la compañía por su estrategia de gaming, la nueva App incorpora un programa de juegos integrado creado para satisfacer las demandas del público más exigente. Para ello, ha diseñado un juego denominado Burger Crush, en el que los usuarios deben intercambiar productos clásicos de McDonald’s creando una combinación de tres o más iguales para obtener puntuación. Los jugadores que semanalmente obtengan mayor puntuación serán recompensados con una oferta exclusiva para ellos. Otras de las innovaciones que presenta la nueva App viene de la mano de Amazon con quien la compañía ha firmado un acuerdo de colaboración a través de Audible, el servicio de audiolibros y podcasts de Amazon, que estará disponible de manera gratuita y por tiempo limitado para los usuarios que se registren en la App. El nuevo programa de acumulación y canje de puntos estará disponible a través de los servicios McAuto, Take Away, y en todos los restaurantes a excepción de aquellos situados en aeropuertos y estaciones de tren. En palabras de Natalia Echeverría, Chief Marketing & Digital Officer para McDonald’s España, “La digitalización es un pilar estratégico de la compañía con el que queremos contribuir a consolidar nuestro liderazgo en el sector. Para ello, hemos querido trasladar al entorno digital la importancia que tiene para nosotros la experiencia del cliente. Y el resultado ha sido MyMcDonald’s, una App que nos va a permitir por un lado premiar la fidelidad del cliente y por otro, hacer realidad nuestra promesa de marca de generar buenos momentos de verdad”.
Formado en el Seminario de Lexicografía de la Academia, en el que se redactaba el Diccionario histórico, puso la obra a un nivel extraordinario y le aportó el rigor propio de la escuela de Ramón Menéndez Pidal y Rafael Lapesa”. “Manuel Seco”, según Álvarez de Miranda, “incorporó, tanto al Diccionario histórico como al DEA, una serie de conceptos y técnicas procedentes de la lexicografía francesa. Le gustaba distinguir entre el lexicógrafo teólogo y el lexicógrafo misionero, es decir, entre la teoría y la praxis lexicográficas. En ambas su magisterio fue determinante, e inmensa su contribución en la Academia y fuera de ella. Publicar esta tercera edición, en la que él mismo aún trabajó, es el mejor homenaje que se puede tributar a su memoria; y un mérito que corresponde, por encima de todo, a la admirable laboriosidad y la entrega constante de Olimpia Andrés”. La lexicógrafa Olimpia Andrés es la directora de la tercera edición del DEA, como ya lo fue de la segunda, y se ha venido encargando de la redacción de la obra, junto al propio Manuel Seco, desde 1971. Gabino Ramos, el tercero de los autores, ha sido fundamental en la documentación sobre la que se apoyan definiciones y ejemplos.
“Este proyecto fue presentado por Seco a la editorial Aguilar en 1969 y se inició en 1970 -recuerda Olimpia Andrés- con la idea de que plasmara el léxico de una generación y que las palabras estuvieran documentadas; pero la ambición creció y se pensó que había que documentar no solo la palabra, sino todas sus acepciones, y además recoger el uso que se hace de cada una de ellas. La primera etapa fue de recogida de materiales, y cuando se consideró que había base suficiente, se comenzó la redacción, en el año 1972. El primer artículo que me encargó Seco fue candil, aún lo recuerdo. Llevaba trabajando a las órdenes del mismo Seco en el Diccionario histórico desde octubre de 1970, fecha en que terminé mi licenciatura y don Rafael Lapesa, entonces director de esa obra y del Seminario de Lexicografía, me llevó como becaria. “El diccionario es un proceso continuo -asegura Andrés-. Está en constante revisión a la vista de nuevas lecturas, que no han cesado desde la primera edición.
En esta tercera se revisan los artículos que aparecían en las dos anteriores y se añaden algunos nuevos, más de ocho mil, bien porque han surgido en este tiempo, bien porque se han confirmado apariciones que teníamos documentadas, pero no confirmadas, y por ello en cuarentena, en espera de confirmación de uso”. En esta tercera edición se presentan más de ochenta y tres mil lemas, que siguen la compilación que se inició en los setenta: “No solo se renuevan artículos, también acepciones”, destaca la directora de la publicación. “También las grandes catedrales evolucionan: el verbo poner no es una novedad, pero sí el uso de me pone como ‘me gusta’. Para esto hay que tener la antena puesta para percibir cómo fluye el léxico en las conversaciones habituales”. Es decir, que la labor de Andrés como lexicógrafa es, en gran medida, escuchar atentamente a su alrededor, además de leer y leer.