Como ya hemos visto en anteriores posts, ofrecer un amplio abanico de métodos de pago es clave para garantizar una experiencia de compra satisfactoria para los usuarios. Pero esto no solo sucede en el mundo del ecommerce a través de los pagos online, una tienda física también debe adaptarse a las innovaciones y aumentar la oferta de los medios de pago disponibles. Atrás quedaron los tiempos en los que el efectivo era la única manera de pagar tus compras. En el post de hoy, repasamos cuáles son los métodos de pago más utilizados. ¿Qué es un método de pago? Podríamos definir un método de pago como cualquier forma en la que se te permite realizar un desembolso por productos o servicios que desees adquirir. Los métodos de pago juegan un papel crucial en la economía actual, influyendo tanto en el comportamiento de los consumidores como en la eficiencia de las empresas, ya que no solo facilitan las transacciones comerciales, sino que ayudan a promover la inclusión financiera y el crecimiento de negocios online, al tiempo que mejoran la seguridad en los procesos de compra.
Hasta hace apenas unos años, el efectivo era el principal método de pago que se utilizaba en las compras, sin embargo, con las innovaciones tecnológicas las opciones se han multiplicado favoreciendo la aparición de numerosas formas de pago online. Es el método de pago por excelencia y se realiza por medio de dinero material en casi cualquier establecimiento físico. Con la crisis de la COVID-19 su uso se vio ligeramente reducido, priorizándose, en la medida de lo posible, los pagos sin contacto y online, sin embargo, sigue siendo la forma preferida de gran cantidad de consumidores. Se trata de una forma de pago prácticamente en desuso, apenas utilizada en la actualidad. Los cheques son órdenes de pago escritas en las que podemos diferenciar tres partes: el titular de una cuenta que confirma la cantidad a traspasar, el beneficiario que la recibirá y la entidad financiera encargada de generar el pago.
Muy frecuentes, sobre todo, en el pago de facturas y en transacciones de valor elevado. El dinero se intercambia de una cuenta a otra, normalmente en el intervalo de entre 24 y 28 horas. Las transferencias pueden realizarse desde un cajero, de forma telemática a través de Internet o de la App del banco y de forma física en una sucursal bancaria. El uso de tarjetas de débito y crédito es otro de los métodos más escogidos a la hora de pagar en tienda física y el primero a la hora de realizar transacciones en comercios online. La principal diferencia entre ambas radica en que la tarjeta de débito carga la compra al instante en la cuenta corriente del usuario utilizando los fondos disponibles, mientras que la tarjeta de crédito pospone el pago hasta el mes siguiente permitiendo pagar incluso sin que haya fondos disponibles. Este tipo de pagos se realizan, como indica su nombre, sin contacto.
Para hacer uso de ellos tan solo hay que acercar una tarjeta, móvil o Smart Watch (o cualquier otro dispositivo móvil que lo permita) a un lector de banda compatible. Los pagos contactless pueden realizarse a través de tecnología RFID (identificación por radiofrecuencia) o NFC (comunicación de campos cercanos). Como veíamos en el post sobre métodos de pago online, las criptomonedas, a diferencia del dinero tradicional, utilizan criptografía para asegurar los pagos, lo que dificulta su falsificación. Sin embargo, su uso no está del todo extendido y aún hay muchos comercios que no permiten operar con ellas. Se trata de un método de pago automatizado que suele utilizarse para el cargo de gastos recurrentes o periódicos como los recibos mensuales o los servicios por suscripción. Para realizar esta forma de pago se debe firmar previamente una orden de domiciliación, un documento que autoriza a la entidad bancaria a cargar en la cuenta o en la tarjeta los gastos correspondientes.