La evolución digital actual ha impulsado cambios significativos en la forma en que nos comunicamos, trabajamos y realizamos compras. La digitalización ha abierto nuevas opciones, permitiéndonos acceder a servicios sin necesidad de tarjetas o cuentas bancarias. No hace tanto, apenas se podía pagar en efectivo y, a lo sumo, con un cheque. Hoy son tantas las fórmulas, que lo mejor es hacer una lista en la que incluyamos casi todas. Y estamos seguros de que no tardaremos en ver opciones que hoy ni siquiera imaginamos. Plataformas como SeQura, Paypal, Apple Pay y Google Pay han jugado un papel crucial en esta transformación. Estas soluciones de pago digital han simplificado el proceso de transacciones, ganando terreno gradualmente sobre los métodos de pago tradicionales. Con su comodidad y seguridad, están revolucionando la manera en que pagamos por bienes y servicios. ¿Qué son los métodos de pago? Los métodos de pago son herramientas o instrumentos que facilitan la realización de transacciones comerciales, permitiendo a las personas o empresas intercambiar bienes y servicios por un valor acordado.
Estos medios facilitan la transferencia de fondos o la compensación de deudas entre diferentes partes involucradas en una transacción. Los medios de pago son fundamentales para el funcionamiento del comercio y las actividades económicas en la sociedad moderna, brindando opciones y comodidades para realizar transacciones de forma rápida y segura. Veamos ahora qué opciones existen actualmente desde las más antiguas hasta las más modernas. Pese al auge del comercio online, una buena parte de los consumidores continúan prefiriendo acudir a la tienda física a realizar sus compras. De este modo, observan con sus propios ojos el producto que les interesa, preguntan a los comerciales sobre sus características y pagan in situ. Para este tipo de relación comercial existen diversas formas de pago. Se trata del método de pago tradicional. Los billetes o monedas de toda la vida, que están regulados por las entidades públicas y cada uno de los cuales tiene un valor determinado. Hasta hace no mucho, la mayor parte de los compradores utilizaban este método de pago.
Aun siendo cuantitativamente muy importante, cada vez más los usuarios apuestan por otras fórmulas. Las habituales tarjetas que ofrecen las entidades bancarias a sus clientes. Pueden ser de crédito (utilizadas para poder financiar de manera inmediata una adquisición, es decir, el banco cobrará más tarde la operación) o tarjetas de débito (exige tener dinero en la cuenta, ya que se realiza el total del desembolso en el momento de la compra). En los últimos años se ha extendido el sistema contactless al usar las tarjetas. Este permite pagar sin tener que introducir la tarjeta en la ranura del datáfono, sino simplemente acercándolo a la pantalla del mismo y poniendo la clave, si la solicita el dispositivo. Las soluciones de pago con tarjeta ofrecen una serie de ventajas tanto para los clientes como para los comercios. Entre las ventajas para los clientes, destacan la comodidad, la rapidez y la seguridad. Por otro lado, los comercios se benefician de una mayor rapidez en las transacciones, una reducción del efectivo en caja y una mayor seguridad.
Una de las fórmulas de pago que más tiempo llevan con nosotros. Es un documento financiero que sirve para que una empresa o un particular pague a otro. En él aparece el importe acordado, preferiblemente en letras, el número de cuenta del que se extraerá el dinero y el destinatario de la transacción. Uno de los métodos de pago que más están creciendo en los últimos años. El smartphone se ha convertido en una extensión de nosotros mismos y también nos sirve para pagar. En este caso, se conecta con la entidad bancaria y permite que simplemente acercando el móvil al datáfono se haga el pago de la cantidad acordada. Una modalidad del pago por móvil es el pago por smartwatch. Aproximando el reloj inteligente al datáfono se realiza la operación. Empresas como SeQura facilitan que en los comercios físicos que utilicen su método de pago se pueda adquirir un producto y pagarlo a plazos.