La Leyenda Del Casino De Diablo en Hermosillo

Durante años, la leyenda del Casino del Diablo en Hermosillo ha permanecido en la memoria colectiva de la comunidad. La leyenda del Casino del Diablo se remonta a 1951, en una época en que Hermosillo, Sonora, se encontraba en pleno proceso de urbanización. Se dice que, junto con la construcción de la colonia Pitic, destinada a la clase alta, se erigió un exclusivo Country Club donde los hermosillenses podían disfrutar de diversas actividades, incluyendo un campo de golf, un casino y un restaurante. Sin embargo, un suceso misterioso, del cual no se tienen evidencias concretas, dejó una huella imborrable en la memoria colectiva de la comunidad. Este evento dio inicio a la leyenda más popular de la ciudad, una historia que sigue fascinando y aterrando a quienes la escuchan. La famosa leyenda de Hermosillo nos transporta al 31 de diciembre de 1951, cuando una joven llamada Linda, residente de una colonia cercana al exclusivo Country Club, soñaba con asistir al baile de Año Nuevo que se celebraba en el lugar.

Tenía solo 16 años, y al pedir permiso a su madre para asistir al evento, recibió una negativa tajante. Sin embargo, el deseo de Linda por asistir al baile era tan grande que decidió desobedecer. Esa noche, mientras su familia dormía, escapó de casa. Pasó horas arreglándose, eligiendo cuidadosamente su vestido y peinándose para lucir lo mejor posible. Cuando finalmente llegó al Country Club, la joven, con su belleza deslumbrante, acaparó todas las miradas. Su presencia en el salón de baile era imponente, y muchos quedaron fascinados por su apariencia que parecía sacada de un sueño. Entre los asistentes, un apuesto y enigmático joven la observaba con especial interés. Con una elegancia impecable, se acercó a ella y la invitó a bailar. Linda, cautivada por su mirada y su porte, aceptó sin pensarlo dos veces. Ambos se movían al ritmo de la música, y el tiempo parecía detenerse mientras giraban por la pista, rodeados de las luces y el bullicio del festejo.

Parecía la noche perfecta. Sin embargo, después de un largo rato, algo cambió. Linda comenzó a sentir un calor extraño en su espalda, como si algo la quemara. De pronto, un fuerte olor a azufre invadió el aire. Desconcertada, miró a su alrededor en busca del origen de ese olor, pero fue cuando bajó la vista que su corazón se detuvo de terror. Lo que vio la paralizó: el apuesto joven que la había cautivado no era quien parecía ser. Sus pies no eran humanos; tenía una pata de chivo y otra de gallo. En un instante, comprendió la aterradora verdad: estaba bailando con el mismísimo Diablo. El pánico se apoderó de Linda, pero antes de que pudiera reaccionar, el caos se desató. Los demás asistentes comenzaron a percibir lo que ocurría, y el salón, hasta entonces lleno de música y alegría, se convirtió en una escena de gritos y confusión. El Diablo, furioso, desapareció entre el humo, mientras el lugar se incendiaba sin razón aparente.

Se dice que las llamas consumieron parte del lugar, y aunque no hay evidencia física de lo ocurrido, la leyenda ha permanecido viva en la memoria colectiva de Hermosillo. El Casino del Country Club, que alguna vez fue símbolo de lujo y diversión, quedó envuelto en un manto de misterio, convirtiéndose en uno de los sitios más temidos de la ciudad. Cuentan que, en vísperas de Halloween o cuando se acerca el aniversario de aquel fatídico suceso, se pueden escuchar pasos extraños o ver sombras danzando en las ruinas del antiguo casino, como si el Diablo aún estuviera buscando una nueva alma para llevarse. Actualmente, el lugar ha caído en el abandono, convirtiéndose en refugio de indigentes. Se dice que, debido a su aura oscura y escalofriante, también es escenario de rituales y prácticas ocultas, lo que aumenta el halo de terror que envuelve al ya infame Casino del Diablo.

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