Jugadores Mexicanos en Europa: ¿Quiénes Disputarán la Temporada 2025-2025?

El regreso de varios futbolistas a la Liga MX o a la MLS, en su defecto, ha mermado el número de jugadores mexicanos en Europa. La situación del talento del Tri en el viejo continente puede ser alarmante. Sin embargo, los nombres que se encuentran compitiendo en las diversas ligas de la UEFA representan de gran manera a su nación. Ya sin contar con jugadores como Andrés Guardado o Jorge Sánchez, México sigue manteniendo jugadores con mucha capacidad en las ligas europeas. Por eso, estos son todos los jugadores mexicanos que jugarán la temporada 2024-2025 en alguna liga de primera división de Europa. Te podría interesar: Cuándo se comenzará a utilizar el nuevo VAR en la Liga MX, ¿qué modificaciones tendrá? Edson Álvarez (West Ham): El Machín es, sin duda, uno de los referentes más importantes en la actualidad del fútbol mexicano. El mediocampista es una pieza vital en el club londinense y tiene el cartel para ser el mejor mexicano del año en la Premier League.

Raúl Jiménez (Fulham): En el caso contrario, el veterano delantero está cerrando los últimos años de su carrera con baja regularidad y efectividad de cara al arco. Sin embargo, es uno de los jugadores con los que el Fulham cuenta para revolucionar partidos. Julián Araújo (Bournemouth): Después de no concretar su estadía en el primer equipo del Barcelona, el club le buscó sitio en la Liga Premier y ‘The Cherries’ alzaron la mano para contratar a un lateral con mucha llegada por el franco derecho. Con eso, pese a tener ofertas en México, el formado en Estados Unidos será uno de los representantes mexicanos en la mejor liga del mundo. Alex Padilla (Athletic Club): El guardameta mexicano, con formación en el país vasco, es el único arquero con salud para el comienzo de temporada el equipo bilbaíno. Tendrá su gran oportunidad de destacar, reemplazando a Unai Simón. Te puede interesar: ¿Quién es Alex Padilla, el portero mexicano en LaLiga de España? Todo lo que debes saber sobre el guardameta. Johan Vásquez (Genoa): Su gran temporada en la 2023-2024 lo posicionó como uno de los defensores a seguir en Italia. Con buenas presentaciones y gran polivalencia, el zaguero zurdo tiene chances de ser figura con el club genovés. Santiago Giménez (Feyenoord): El mejor delantero de las últimas temporadas en Países Bajos y, por supuesto, el mejor de los mexicanos. El atacante jugará su tercera temporada en Europa, con la expectativa de mantener su racha goleadora. Hirving Lozano (PSV): La presencia del Chucky en este listado es temporal. El extremo con pasado en el Napoli jugará seis meses en el PSV, antes de aterrizar en San Diego para disputar la temporada 2025 en la MLS.

Todo sobre las pin-ups. Desde antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando alcanzaron un éxito inesperado, tuvieron usos y significados diferentes. Durante la Segunda Guerra Mundial, las ilustraciones de chicas pin-up -mujeres con poca ropa y actitud pícara- eran tan populares que hasta los bombarderos estadounidenses llevaban una en el frente del fuselaje. En trajes de baño o ropa militar, con camisas atadas a la cintura o polleras al viento, y hasta en ropa interior, estas imágenes sensuales y a la vez ingenuas adornaban también los talleres de autos y las tiendas de campaña. “Era una época en que las mujeres tenían más y mostraban menos”, apunta Dian Hanson, editora de la colección Sexy Arts de Taschen, en The Art of Pin-up, un libro que ella compiló y que acaba de lanzar la editorial con un recuento histórico y capítulos dedicados a los diez autores más destacados del género, entre ellos, Gil Elvgren, George Petty y el peruano Alberto Vargas.

Si bien el término pin-up -”fijar con tachuelas”- se acuñó en 1941, las primeras creaciones de este tipo aparecieron hacia 1886 en revistas francesas, de la mano de Jules Chéret -conocido como el padre del póster moderno-, y en 1895, en los Estados Unidos. Entonces, Charles Dana, un dibujante de la revista Life, creó a la Gibson Girl, una fémina desenvuelta que encarnaba el espíritu de la nueva mujer que estaba naciendo. Dana la delineó jugando al tenis o andando a caballo o en bici. Eran los años dorados de la ilustración. La bicicleta había sido la gran conquista femenina -una mujer ya no necesitaba de un hombre para ir de un lugar a otro- y la lucha por el sufragio femenino en los EE.UU. Los vestidos y corsets fueron reemplazados por ropa más cómoda y también más reveladora, que marcaba, por ejemplo, las piernas, antes ocultas bajo capas de tela. “Al intentar ganarse un lugar en un mundo de hombres, las mujeres los liberaron para que estos las miraran y las apreciaran de una forma más apasionante”, escribe Hanson.

Paradójicamente, las pin-ups, símbolos sexuales creados desde el punto de vista masculino -sin connotación pornógrafica: su sex-appeal es natural y su lencería suele quedar expuesta por accidente- son una representación del feminismo, al haber animado a las mujeres a liberarse de las normas impuestas. Actualmente, según académicas como Maria Elena Buszek, de la Universidad de Colorado, se las considera “una reivindicación de la sexualidad femenina”. La imagen de estas chicas -que aparecían en situaciones domésticas, aunque siempre con cierto descaro- se utilizó para reclutar soldados en la Primera Guerra Mundial, cuando el concepto de propaganda, para exaltar el patriotismo o atacar al enemigo, se había establecido. “Caramba. Ojalá fuera un hombre, me uniría a la Armada”, decía una pin-up vestida como marinera. “Sé un hombre y hazlo”, concluía. Posters por el estilo se clavaban en las paredes. A lo largo del tiempo, las pin-ups han tenido diferentes propósitos. En la Segunda Guerra levantaban la moral de las tropas.

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