Llevarán la Leyenda Del Casino Del Diablo De Hermosillo A la Pantalla

Túnel fronterizo de Cd. Hermosillo, Sonora.- La famosa leyenda urbana del “Casino del diablo” será llevada a la pantalla, a través de un proyecto audiovisual de suspenso que retratará esta emblemática historia de Hermosillo acontecida en el año de 1957 . Oliver Rendón, director de la obra, dijo que lo que se busca a través de este proyecto artístico es darle reconocimiento y valor a la capital sonorense, exponer al mundo la capacidad artística y cinematográfica de la región y dar a conocer uno de los mitos más representativos de ésta. “Es un proyecto que va a dar a conocer más de la ciudad, a través de una leyenda , a través del suspenso, pero la gente se podrá dar una idea de la riqueza que tenemos en nuestra ciudad en paisajes, como de lugares históricos y de la riqueza cultural que tenemos”, expresó. La leyenda del “Casino del Diablo” da cuenta de un suceso paranormal acontecido en el entonces reconocido Country Club , en donde se desarrollaba un baile con motivo de fin de año, cuando una joven fue testigo de la aparente aparición de Satanás, a partir de entonces se ha difundido por años este hecho, incluso a la fecha hay quienes afirman haber sido testigos.

Oliver Rendón dijo que el filme estará engalanado con artistas de talla internacional que tendrán una importante participación en el elenco; además, habrá muchísimo talento local participando en el cortometraje . Destacó que se trata de un proyecto independiente , en el que participan diversos productores sonorenses . “Se trata de una producción cinematográfica totalmente independiente, es un producto local que estamos preparando con los más altos estándares de calidad. Va a ser un gran producto nacido en Hermosillo”, reveló el productor. Las grabaciones iniciarán a mediados de noviembre próximo en diversos puntos de la geografía hermosillense, para estar listo y proyectarse a inicios el año entrante. Corrían los años 50 cuando una joven llamada Linda, de 16 años, desobedeció a su madre, ese día se arregló el cabello y se alistó por horas para quedar lo más bella que pudo para acudir al baile de celebración del Año Nuevo. No tenía permiso; sin embargo, ella acudió al lugar y uno a uno fue subiendo los escalones, con la ilusión de encontrar una pareja con quien bailar.

Hizo su entrada triunfal al salón y su mirada descubrió frente a la chimenea al hombre más apuesto que había visto en su vida. El baile estaba en su apogeo, muchos jóvenes la invitaron a danzar, ella los despreció, de pronto el galán desconocido la sacó a bailar. Linda ilusionada se dirigió al centro de la pista y después de unas piezas empezó a sentir caliente su espalda. Era el abrazo de aquel hombre y en su cuerpo algo la quemaba, se separó de su pareja, luego, dio un despavorido grito que retumbó por todos los rincones del salón. Su mirada estaba puesta en las extremidades inferiores del caballero que momentos antes la tenía arrobada; había descubierto que tenía una pata de gallo y la otra de chivo . El grito hizo que todos salieran corriendo asustados y él se metió al baño, de donde salió una llameante explosión y un intenso olor a azufre invadió el ambiente. Sobrevino un incendio en el lugar. Desde entonces, el Casino del Diablo dejó de ser el lugar favorito de la “crema y nata” de la sociedad hermosillense. Era parte del exclusivo Club Campestre , donde se acudía a jugar golf, también contaba con piscina y una terraza que servía de mirador y restaurante. Ahora todo está en ruinas y vandalizado.

Todo sobre las pin-ups. Desde antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando alcanzaron un éxito inesperado, tuvieron usos y significados diferentes. Durante la Segunda Guerra Mundial, las ilustraciones de chicas pin-up -mujeres con poca ropa y actitud pícara- eran tan populares que hasta los bombarderos estadounidenses llevaban una en el frente del fuselaje. En trajes de baño o ropa militar, con camisas atadas a la cintura o polleras al viento, y hasta en ropa interior, estas imágenes sensuales y a la vez ingenuas adornaban también los talleres de autos y las tiendas de campaña. “Era una época en que las mujeres tenían más y mostraban menos”, apunta Dian Hanson, editora de la colección Sexy Arts de Taschen, en The Art of Pin-up, un libro que ella compiló y que acaba de lanzar la editorial con un recuento histórico y capítulos dedicados a los diez autores más destacados del género, entre ellos, Gil Elvgren, George Petty y el peruano Alberto Vargas.

Si bien el término pin-up -”fijar con tachuelas”- se acuñó en 1941, las primeras creaciones de este tipo aparecieron hacia 1886 en revistas francesas, de la mano de Jules Chéret -conocido como el padre del póster moderno-, y en 1895, en los Estados Unidos. Entonces, Charles Dana, un dibujante de la revista Life, creó a la Gibson Girl, una fémina desenvuelta que encarnaba el espíritu de la nueva mujer que estaba naciendo. Dana la delineó jugando al tenis o andando a caballo o en bici. Eran los años dorados de la ilustración. La bicicleta había sido la gran conquista femenina -una mujer ya no necesitaba de un hombre para ir de un lugar a otro- y la lucha por el sufragio femenino en los EE.UU. Los vestidos y corsets fueron reemplazados por ropa más cómoda y también más reveladora, que marcaba, por ejemplo, las piernas, antes ocultas bajo capas de tela. “Al intentar ganarse un lugar en un mundo de hombres, las mujeres los liberaron para que estos las miraran y las apreciaran de una forma más apasionante”, escribe Hanson.

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