Spintires: MudRunner — American Wilds — Nintendo Switch (Análisis)

Admito que nunca había jugado un título de esta franquicia, pero ahora que he probado “Spintires: MudRunner — American Wilds”, me he convertido en fanático… Como le tengo tanta pasión a los juegos de carreras, como se deben imaginar, inicialmente creí que se trata de un título perteneciente a dicho género… “Spintires: MudRunner — American Wilds” es, más que nada, un simulador, en el que uno tiene que tener en cuenta la física realista de los carros, la velocidad, los cambios, y hasta los aditamentos que uno le puede agregar, para cumplir diferentes misiones en lugares llenos de barro y tierra. No se trata, pues, de un juego tipo arcade, o un título en donde uno tiene que llegar a la meta con su vehículo. Es una propuesta bastante más realista y única. La premisa de “Spintires: MudRunner — American Wilds” es bastante intrigante. Uno puede elegir de entre treinta vehículos todo terreno y diez niveles, para cumplir distintas misiones, solo con la ayuda de un mapa y un compás.

Uno puede utilizar su vehículo para recoger y dejar cosas, ir por encima de terrenos llenos de lodo, dejar un cargamento, y pasar por obstáculos. Suena medio aburrido en un principio, pero felizmente la cosa no es así. Esto se debe a que cada metro cuadrado de estos niveles abiertos, cada pequeña situación, es un reto alucinante; como el juego maneja un sistema de física muy realista, pasar por encima de lugares con más lodo, por ejemplo, puede requerir que uno ponga el carro en modo all wheel drive, o que enganche una soga al árbol más cercano, para que lo jale. Uno tiene que combinar su imaginación con todos los recursos del carro para poder cumplir con sus misiones, lo cual es innegablemente entretenido. Usualmente no me atraen mucho los juegos de corte realista, especialmente en lo que se refiere a simuladores, o juegos que involucran vehículos -suelen ser sosos, lentos, o exageradamente ceñidos a las reglas de la vida real.

Y aunque podría decirse que “Spintires: MudRunner — American Wilds” hace lo último, lo combina con gameplay tan bien implementado, que uno siente que es la única manera en que podría jugarse. Pasar por encima de terreno difícil, por ejemplo, resulta ser muy satisfactorio, porque cuesta mucho trabajo… “Spintires: MudRunner — American Wilds” es el nombre de uno de los DLCs del juego original, pero esta versión para Nintendo Switch, en realidad, viene tanto con los mapas originales -basados en Rusia- como con los nuevos mapas de los “American Wilds”. Los mapas originales son gigantes y están llenos de obstáculos y zonas llenas de tierra y otros elementos; ciertos carros se manejan mejor en estos niveles que otros, por lo que ya es tarea del gamer averiguar cuáles son. Y los dos mapas americanos (Grizzly Creek y Mount Logmore) parecen haber sido diseñados para los carros americanos, lo cual tiene sentido -tienen un poco más de asfalto, y son ligeramente más pequeños.

Pero no importa qué mapa elijan; cada uno tiene sus propios retos y misiones y maneras de fastidiar a la física de los carros. Adicionalmente, tenemos once niveles de Challenges, los cuales le otorgan al gamer retos adicionales, separados de la campaña principal. Es una gran manera de expandir la experiencia del juego, pero eso sí -recomiendo que traten estos mapas una vez que ya tengan algo de experiencia con los principales. Los retos están diseñados para gamers un poco más experimentados, por lo que no es muy buena idea ir de frente a ellos, o cuando recién se está comenzando a probar el juego. Sé que por el nombre del Modo esto tiene sentido, pero igual vale la pena mencionarlo. En términos de vehículos, tenemos de todo. Como se mencionaba líneas arriba, los carros americanos parecen estar mejor diseñados para terrenos más suaves, con asfalto, mientras que los rusos funcionan mejor para cruzar ríos o zonas llenas de lodo, en donde las ruedas de otros vehículos podrían atracarse fácilmente.

Además, hay varios vehículos más ligeros, los cuales pueden ser utilizados para explorar -uno no puede cargar transporte con ellos, pero sí aventurarse a algunos de los bosques o montañas que forman parte de los mapas del juego, como para ver qué secretos esconden, o qué maravillosas vistas le podrían estar ofreciendo al jugador. Hablando de las vistas -a nivel técnico, “Spintires: MudRunner — American Wilds” es meramente competente. Las gráficas de corte realista funcionan, pero no son de las más detallas que haya visto en la Nintendo Switch. A pesar de estar en HD, a veces me recordaba a algo que encontraría en una consola como la GameCube, gracias a las texturas de baja resolución. En todo caso, esto se compensa un poco por la estabilidad y el tamaño de los mapas. Los efectos de sonido no son nada del otro mundo -son lo suficientemente realistas como para meterle a uno en este mundo- y el juego en general corre muy bien tanto en el modo portátil de la Switch, como en el dock para televisión.

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