MyInvestor ofrece sus 3 depósitos a 3, 6 y 12 meses de plazo con rentabilidades del 2,75% TAE, 2,50% TAE y 2,25% TAE «Sólo hasta el 23 de enero«. Así anuncia la entidad en su web, por lo que queda poco más de 1 semana para poder contratar estos productos bajo las condiciones actuales. Los tipos actuales se fijaron el 21 de octubre de 2024, cuando el banco realizó una bajada del 0,25 puntos porcentuales en los 3 productos. No se sabe qué ocurrirá después, lo más probable es que lo baje como el resto de los bancos, porque MyInvestor siempre venía ofreciendo productos peores que Banco Big, Facto o Cetelem, sin embargo, ahora, su oferta ni siquiera es la peor. MyInvestor: Si tienes o contratas una cartera automatizada con un mínimo de 150€, la entidad te ofrece un 0,25 puntos porcentuales más de rentabildad. MyInvestor ya rebajó la rentabilidad inicial de su cuenta de ahorro en el mes de diciembre, dejándolo en el 1,75% TAE durante los primeros 12 meses, en lugar del 2% TAE.
Esta bajada también afectó a los clientes que tengan invertidos 300€ al mes en carteras automatizadas, fondos y planes marca MyInvestor, o Selección de fondos Top ventas. Sin comisiones, ni condiciones. Esta cuenta es sin comisiones y sin condiciones. Tu capital según están las cosas ahora mismo… No suscribirse Todos los comentarios nuevos Respuestas a mis comentarios Avísame de comentarios de seguimiento por correo electrónico. También puedes suscribirte sin comentar. Esta bajada también afecta a los clientes que tengan invertidos 300€ al mes en carteras automatizadas, fondos y planes marca MyInvestor, o Selección de fondos Top ventas. MyInvestor ha eliminado su «superdepósito» al 4% TAE de su oferta. Sólo ha estado en vigor durante 3 semanas, sin ninguna prórroga, aunque realmente nadie lo echará de menos. «Superdepósito», así como lo denomina el banco, no es tan súper. Solo se trata de grandes números para llamar la atención, al tratarse de un plazo tan corto de 1 mes.
Todo sobre las pin-ups. Desde antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando alcanzaron un éxito inesperado, tuvieron usos y significados diferentes. Durante la Segunda Guerra Mundial, las ilustraciones de chicas pin-up -mujeres con poca ropa y actitud pícara- eran tan populares que hasta los bombarderos estadounidenses llevaban una en el frente del fuselaje. En trajes de baño o ropa militar, con camisas atadas a la cintura o polleras al viento, y hasta en ropa interior, estas imágenes sensuales y a la vez ingenuas adornaban también los talleres de autos y las tiendas de campaña. “Era una época en que las mujeres tenían más y mostraban menos”, apunta Dian Hanson, editora de la colección Sexy Arts de Taschen, en The Art of Pin-up, un libro que ella compiló y que acaba de lanzar la editorial con un recuento histórico y capítulos dedicados a los diez autores más destacados del género, entre ellos, Gil Elvgren, George Petty y el peruano Alberto Vargas.
Si bien el término pin-up -”fijar con tachuelas”- se acuñó en 1941, las primeras creaciones de este tipo aparecieron hacia 1886 en revistas francesas, de la mano de Jules Chéret -conocido como el padre del póster moderno-, y en 1895, en los Estados Unidos. Entonces, Charles Dana, un dibujante de la revista Life, creó a la Gibson Girl, una fémina desenvuelta que encarnaba el espíritu de la nueva mujer que estaba naciendo. Dana la delineó jugando al tenis o andando a caballo o en bici. Eran los años dorados de la ilustración. La bicicleta había sido la gran conquista femenina -una mujer ya no necesitaba de un hombre para ir de un lugar a otro- y la lucha por el sufragio femenino en los EE.UU. Los vestidos y corsets fueron reemplazados por ropa más cómoda y también más reveladora, que marcaba, por ejemplo, las piernas, antes ocultas bajo capas de tela. “Al intentar ganarse un lugar en un mundo de hombres, las mujeres los liberaron para que estos las miraran y las apreciaran de una forma más apasionante”, escribe Hanson.
Paradójicamente, las pin-ups, símbolos sexuales creados desde el punto de vista masculino -sin connotación pornógrafica: su sex-appeal es natural y su lencería suele quedar expuesta por accidente- son una representación del feminismo, al haber animado a las mujeres a liberarse de las normas impuestas. Actualmente, según académicas como Maria Elena Buszek, de la Universidad de Colorado, se las considera “una reivindicación de la sexualidad femenina”. La imagen de estas chicas -que aparecían en situaciones domésticas, aunque siempre con cierto descaro- se utilizó para reclutar soldados en la Primera Guerra Mundial, cuando el concepto de propaganda, para exaltar el patriotismo o atacar al enemigo, se había establecido. “Caramba. Ojalá fuera un hombre, me uniría a la Armada”, decía una pin-up vestida como marinera. “Sé un hombre y hazlo”, concluía. Posters por el estilo se clavaban en las paredes. A lo largo del tiempo, las pin-ups han tenido diferentes propósitos. En la Segunda Guerra levantaban la moral de las tropas. “Les recordaban a los hombres qué les esperaba en casa, las mujeres por las que ellos estaban luchando, y eso les estimulaba a luchar con más fuerza.