El error del Módulo de plataforma segura del equipo ha comenzado a ser muy común en Windows 11, especialmente a la hora de instalar aplicaciones como Office 365 entre otras. A pesar de que el módulo TPM 2.0 es obligatorio oficialmente en Windows 11 otorga mayor fiabilidad y seguridad en el sistema ante amenazas como Ransomware, también tiene ciertos errores que se irán solucionando con el tiempo, especialmente en forma de actualizaciones de Office y otras aplicaciones de Microsoft. Existen varias formas de solucionar el error, no obstante, pasaremos a explicar las más frecuentes. Esta solución aplica a usuarios con el error en Microsoft Teams, comenzaremos por cerrar completamente la aplicación Teams, nos aseguramos que también se ha cerrado en la barra del sistema y de tareas. Se nos abrirá la carpeta %AppData%, entramos en la carpeta Microsoft que hay dentro y posteriormente en la carpeta Teams. Eliminamos todo el contenido de la carpeta Teams. Iniciamos nuevamente la aplicación Teams, el error no debería aparecer y podremos utilizar Microsoft Teams con normalidad.
Este error se muestra con frecuencia en Microsoft 365 y Office 365, en cualquiera de las versiones de Office basadas en suscripción. Según nuestras pruebas, se repite mayormente en Office 365 Personal, Familia, A1 y versiones educativas, aunque también puede darse en versiones de Empresas y corporativas E1, E3, etc. El error suele solucionarse fácilmente con la herramienta de limpieza de Office, dicha herramienta es oficial de Microsoft y permitirá eliminar todo rastro de Office 365, 2010 hasta 2021 sin complicaciones. No obstante, la herramienta podría tomarse su tiempo, desde un mínimo de 15 minutos hasta 60 minutos en equipos lentos. Para ello, bastará con descargar la Opción 2 del artículo para desinstalar Office de un equipo en Microsoft. Nos guste o no, Windows 11 ha llegado para quedarse y ya es lo suficientemente estable como para migrar nuestros equipos de producción a este sistema. A pesar de todo, seguirán existiendo ciertos problemas los cuales la gran mayoría tienen soluciones sencillas.
Todo sobre las pin-ups. Desde antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando alcanzaron un éxito inesperado, tuvieron usos y significados diferentes. Durante la Segunda Guerra Mundial, las ilustraciones de chicas pin-up -mujeres con poca ropa y actitud pícara- eran tan populares que hasta los bombarderos estadounidenses llevaban una en el frente del fuselaje. En trajes de baño o ropa militar, con camisas atadas a la cintura o polleras al viento, y hasta en ropa interior, estas imágenes sensuales y a la vez ingenuas adornaban también los talleres de autos y las tiendas de campaña. “Era una época en que las mujeres tenían más y mostraban menos”, apunta Dian Hanson, editora de la colección Sexy Arts de Taschen, en The Art of Pin-up, un libro que ella compiló y que acaba de lanzar la editorial con un recuento histórico y capítulos dedicados a los diez autores más destacados del género, entre ellos, Gil Elvgren, George Petty y el peruano Alberto Vargas.
Si bien el término pin-up -”fijar con tachuelas”- se acuñó en 1941, las primeras creaciones de este tipo aparecieron hacia 1886 en revistas francesas, de la mano de Jules Chéret -conocido como el padre del póster moderno-, y en 1895, en los Estados Unidos. Entonces, Charles Dana, un dibujante de la revista Life, creó a la Gibson Girl, una fémina desenvuelta que encarnaba el espíritu de la nueva mujer que estaba naciendo. Dana la delineó jugando al tenis o andando a caballo o en bici. Eran los años dorados de la ilustración. La bicicleta había sido la gran conquista femenina -una mujer ya no necesitaba de un hombre para ir de un lugar a otro- y la lucha por el sufragio femenino en los EE.UU. Los vestidos y corsets fueron reemplazados por ropa más cómoda y también más reveladora, que marcaba, por ejemplo, las piernas, antes ocultas bajo capas de tela. “Al intentar ganarse un lugar en un mundo de hombres, las mujeres los liberaron para que estos las miraran y las apreciaran de una forma más apasionante”, escribe Hanson.
Paradójicamente, las pin-ups, símbolos sexuales creados desde el punto de vista masculino -sin connotación pornógrafica: su sex-appeal es natural y su lencería suele quedar expuesta por accidente- son una representación del feminismo, al haber animado a las mujeres a liberarse de las normas impuestas. Actualmente, según académicas como Maria Elena Buszek, de la Universidad de Colorado, se las considera “una reivindicación de la sexualidad femenina”. La imagen de estas chicas -que aparecían en situaciones domésticas, aunque siempre con cierto descaro- se utilizó para reclutar soldados en la Primera Guerra Mundial, cuando el concepto de propaganda, para exaltar el patriotismo o atacar al enemigo, se había establecido. “Caramba. Ojalá fuera un hombre, me uniría a la Armada”, decía una pin-up vestida como marinera. “Sé un hombre y hazlo”, concluía. Posters por el estilo se clavaban en las paredes. A lo largo del tiempo, las pin-ups han tenido diferentes propósitos. En la Segunda Guerra levantaban la moral de las tropas. “Les recordaban a los hombres qué les esperaba en casa, las mujeres por las que ellos estaban luchando, y eso les estimulaba a luchar con más fuerza.