ING Abre una Tregua en la Guerra De los Depósitos De Alta Remuneración

Con 470.000 clientes y ocupando el octavo puesto del ranking de la banca española por depósitos, ING Direct ha decidido cambiar de estrategia. La entidad financiera busca ahora lograr beneficios en su cuenta de resultados. Así, ha decidio no renovar su depósito con un interés del 8% para nuevos clientes. Libertad Digital El banco por Internet, ING Direct, ha decidido abrir una tregua en la guerra de depósitos de alta remuneración on line . Así, ha decidido no renovar su depósito con un interés del 8 por ciento para nuevos clientes que vencía este 30 de abril. No obstante, ING sigue apostando por su cuenta naranja -con un interés del 4 por ciento-, mientras intenta impulsar nuevos productos más tradicionales como la comercialización de la nueva hipoteca de la Caja de Ahorros del Mediterráneo. Los depósitos de alta remuneración habían sido una de las herramientas utilizadas por ING para captar clientes.

Con más de 470.000 clientes y ocupando el octavo puesto del ranking español por depósitos de clientes, el banco naranja busca ahora el camino de la rentabilidad. Según anunció la semana pasada, la entidad confía en conseguir sus primeros beneficios netos en España en el último trimestre del 2002, gracias a la buena evolución de su negocio y al tamaño adquirido por la entidad. En este sentido, ING Direct ha desmentido de forma contundente los rumores sobre un posible cierre de sus actividades en España. Fuentes de la entidad reiteraron que estos rumores “no son ciertos” y subrayaron que su solvencia está respaldada por el grupo holandés ING (quinto banco de Europa). Cabe recordar que, según de la agencia de calificación Moody’s, el rating de solvencia de ING es superior al del 75 por ciento de las empresas que cotizan en el selectivo Ibex-35 de la Bolsa española. Entre sus rivales, su rating de solvencia es igual al del BBVA y superior al del Santander Central Hispano.

Todo sobre las pin-ups. Desde antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando alcanzaron un éxito inesperado, tuvieron usos y significados diferentes. Durante la Segunda Guerra Mundial, las ilustraciones de chicas pin-up -mujeres con poca ropa y actitud pícara- eran tan populares que hasta los bombarderos estadounidenses llevaban una en el frente del fuselaje. En trajes de baño o ropa militar, con camisas atadas a la cintura o polleras al viento, y hasta en ropa interior, estas imágenes sensuales y a la vez ingenuas adornaban también los talleres de autos y las tiendas de campaña. “Era una época en que las mujeres tenían más y mostraban menos”, apunta Dian Hanson, editora de la colección Sexy Arts de Taschen, en The Art of Pin-up, un libro que ella compiló y que acaba de lanzar la editorial con un recuento histórico y capítulos dedicados a los diez autores más destacados del género, entre ellos, Gil Elvgren, George Petty y el peruano Alberto Vargas.

Si bien el término pin-up -”fijar con tachuelas”- se acuñó en 1941, las primeras creaciones de este tipo aparecieron hacia 1886 en revistas francesas, de la mano de Jules Chéret -conocido como el padre del póster moderno-, y en 1895, en los Estados Unidos. Entonces, Charles Dana, un dibujante de la revista Life, creó a la Gibson Girl, una fémina desenvuelta que encarnaba el espíritu de la nueva mujer que estaba naciendo. Dana la delineó jugando al tenis o andando a caballo o en bici. Eran los años dorados de la ilustración. La bicicleta había sido la gran conquista femenina -una mujer ya no necesitaba de un hombre para ir de un lugar a otro- y la lucha por el sufragio femenino en los EE.UU. Los vestidos y corsets fueron reemplazados por ropa más cómoda y también más reveladora, que marcaba, por ejemplo, las piernas, antes ocultas bajo capas de tela. “Al intentar ganarse un lugar en un mundo de hombres, las mujeres los liberaron para que estos las miraran y las apreciaran de una forma más apasionante”, escribe Hanson.

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