Confiar su salud y la de los suyos a Seguros RGA, sin duda supone una excelente elección. Tanto si prefiere un Seguro de Salud que se adapte a sus necesidades, como si prefiere acceder a una sanidad más completa con mayores coberturas. Con nuestras modalidades DKVModular y DKVIntegral optará por una sanidad de máxima calidad con ese trato personal que desea cuando acude al médico o a una clínica., teniendo acceso directo a un cuadro médico con más de 19.000 especialistas. DKV es parte de ERGO, uno de los mayores grupos aseguradores en Alemania y Europa que pertenece a Munich Re, uno de los líderes mundiales en seguros y reaseguros. Cuando se elige un seguro médico lo importante es sentirse bien cuidado. Con nuestro Seguro DKVModular tendrá acceso a los mejores especialistas sin necesidad de pasar por su médico de cabecera. Acceso directo a un amplio cuadro de especialistas, sin necesidad de ser derivado por su médico de atención primaria.
Con libre elección de médico. Sin listas de espera. Tratamientos que se realizan en consulta: revisiones, programas preventivos, rehabilitación, etc. Hospitalización médica, quirúrgica y pediátrica sin límite de días. Hospitalización psiquiátrica (límite 60 días). Unidad de Vigilancia Intensiva Diálisis. Acceso al DKV Club Salud y Bienestar. Con el Seguro DKVIntegral tendrá acceso a los tres niveles fundamentales de la medicina: asistencia primaria, de especialistas y médico-hospitalaria, para que no tenga que preocuparse por nada. Medicina General, Pediatría y Enfermería, en consulta y en domicilio. Analíticas básicas de sangre y orina. Radiología simple convencional (sin contraste). Tratamientos que se realizan en consulta: revisiones, programas preventivos, rehabilitación, etc. Hospitalización médica, quirúrgica y pediátrica sin límite de días. Hospitalización psiquiátrica (límite 60 días). Unidad de Vigilancia Intensiva Diálisis. Acceso al DKV Club Salud y Bienestar. Recibe 80€/día a partir del tercer día de ingreso, cuando ninguno de los gastos de la hospitalización sea a cargo de DKV. Consulte en su Oficina de Caja Rural lo poco que cuesta asegurarse la mejor asistencia sanitaria. Como no hay dos pacientes iguales, le ofrecemos la opción de contratar cualquiera de nuestras dos modalidades también sin copago, olvidándose de pagar cada vez que visite a su médico. Compromiso de cita rápida asistencial. Póliza contratada con DKV Seguros y Reaseguros, S.A.E. Dom. Social Torre DKV, Avd. María Zambrano, 31. 50018 Zaragoza. C.I.F.: A-50004209 R.M. de Zaragoza, T.1.711.F214, HZ-15.152 a través de RGA Mediación Operador de Banca-Seguros Vinculado, inscrito en el registro de la Dirección General de Seguros con la clave OV-0006. Reg. Mec Madrid, Tomo 8205, Folio 89. Sección 8, Hoja M-10188, CIF A-79490264, y con póliza de responsabilidad civil. Caja Rural act´´ua como red de distribución del Operador.
Todo sobre las pin-ups. Desde antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando alcanzaron un éxito inesperado, tuvieron usos y significados diferentes. Durante la Segunda Guerra Mundial, las ilustraciones de chicas pin-up -mujeres con poca ropa y actitud pícara- eran tan populares que hasta los bombarderos estadounidenses llevaban una en el frente del fuselaje. En trajes de baño o ropa militar, con camisas atadas a la cintura o polleras al viento, y hasta en ropa interior, estas imágenes sensuales y a la vez ingenuas adornaban también los talleres de autos y las tiendas de campaña. “Era una época en que las mujeres tenían más y mostraban menos”, apunta Dian Hanson, editora de la colección Sexy Arts de Taschen, en The Art of Pin-up, un libro que ella compiló y que acaba de lanzar la editorial con un recuento histórico y capítulos dedicados a los diez autores más destacados del género, entre ellos, Gil Elvgren, George Petty y el peruano Alberto Vargas.
Si bien el término pin-up -”fijar con tachuelas”- se acuñó en 1941, las primeras creaciones de este tipo aparecieron hacia 1886 en revistas francesas, de la mano de Jules Chéret -conocido como el padre del póster moderno-, y en 1895, en los Estados Unidos. Entonces, Charles Dana, un dibujante de la revista Life, creó a la Gibson Girl, una fémina desenvuelta que encarnaba el espíritu de la nueva mujer que estaba naciendo. Dana la delineó jugando al tenis o andando a caballo o en bici. Eran los años dorados de la ilustración. La bicicleta había sido la gran conquista femenina -una mujer ya no necesitaba de un hombre para ir de un lugar a otro- y la lucha por el sufragio femenino en los EE.UU. Los vestidos y corsets fueron reemplazados por ropa más cómoda y también más reveladora, que marcaba, por ejemplo, las piernas, antes ocultas bajo capas de tela. “Al intentar ganarse un lugar en un mundo de hombres, las mujeres los liberaron para que estos las miraran y las apreciaran de una forma más apasionante”, escribe Hanson.
Paradójicamente, las pin-ups, símbolos sexuales creados desde el punto de vista masculino -sin connotación pornógrafica: su sex-appeal es natural y su lencería suele quedar expuesta por accidente- son una representación del feminismo, al haber animado a las mujeres a liberarse de las normas impuestas. Actualmente, según académicas como Maria Elena Buszek, de la Universidad de Colorado, se las considera “una reivindicación de la sexualidad femenina”. La imagen de estas chicas -que aparecían en situaciones domésticas, aunque siempre con cierto descaro- se utilizó para reclutar soldados en la Primera Guerra Mundial, cuando el concepto de propaganda, para exaltar el patriotismo o atacar al enemigo, se había establecido. “Caramba. Ojalá fuera un hombre, me uniría a la Armada”, decía una pin-up vestida como marinera. “Sé un hombre y hazlo”, concluía. Posters por el estilo se clavaban en las paredes. A lo largo del tiempo, las pin-ups han tenido diferentes propósitos. En la Segunda Guerra levantaban la moral de las tropas. “Les recordaban a los hombres qué les esperaba en casa, las mujeres por las que ellos estaban luchando, y eso les estimulaba a luchar con más fuerza.