¿Qué Bancos Ofrecen los Mejores Depósitos De 2025?

La rentabilidad media de los depósitos bancarios roza el 0%. Según los últimos datos del Banco de España (BdE), en noviembre su tipo de interés medio fue del 0,05%. Es decir, por cada mil euros invertidos a un año, las ganancias se reducían a 50 céntimos brutos. Hace diez años, un ahorrador que inmovilizase la misma cantidad de dinero durante un año recibía 22 euros brutos de beneficios. Una caída del 98% en una década. Y en octubre de 2008, cuando se anotó la rentabilidad media más alta de todo el registro histórico del BdE, las ganancias eran de 50 euros por cada mil euros invertidos a doce meses. Ahora, para ganar un 5% hay que recurrir a las cuentas remuneradas, como la Cuenta Nómina de Bankinter o la Cuenta de Ahorro Bienvenida de Openbank, pero tienen sus particularidades: en primer lugar, limitan el saldo máximo remunerable a 5.000 euros; en segundo lugar, están reservadas a nuevos clientes; en tercer lugar, requieren la domiciliación de una nómina en el banco, y, por último, limitan la rentabilidad promocional a un plazo de un año y seis meses respectivamente.

En el terreno de los depósitos, los tipos a los que se puede aspirar quedan muy lejos de lo que se podía firmar en 2008, la época dorada de los plazos fijos. Sin embargo, tampoco hace falta conformarse con las rentabilidades raquíticas que ofrece la banca tradicional. De hecho, los mejores depósitos no los encontraremos en los bancos de toda la vida. A saber, ActivoBank, Banco Sabadell, Bankia, BBVA, CaixaBank y Caixa Guissona. La banca online y la banca extranjera son las encargadas de animar el mercado. Los mejores depósitos a plazo fijo de 2020 están en sus manos y tienen un interés de hasta el 1,31% TAE. La medalla de oro la ostenta la sucursal española del banco italiano Banca Farmafactoring. Su producto estrella, apodado Depósito Facto, tiene una rentabilidad del 1% TAE a seis meses y del 1,31% TAE para cualquier plazo entre uno y cinco años. Puede contratarse por internet desde 5.000 euros y los intereses se pagan trimestralmente.

Aunque no admite la cancelación anticipada, el titular puede contratar tantas imposiciones como quiera con plazos distintos, por si quiere tener disponible una parte del dinero a corto plazo y otra inmovilizarla a medio o largo plazo. El Depósito Facto está protegido por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) italiano. La banca extranjera ocupa las siguientes posiciones del ranking de los mejores depósitos a medio plazo, explica HelpMyCash. El banco letón BlueOrange paga un 0,85% TAE a un año y un 1% TAE a dos años (importe mínimo de 20.000 euros), el búlgaro BACB, un 0,81% a un año y un 1% a dos años (desde 5.000 euros) y el eslovaco Privatbanka, un 0,80% a doce meses y un 1,04% TAE a dos años (desde 5.000 euros). Todos abonan los intereses a vencimiento y pueden cancelarse anticipadamente, salvo el primero, que no ofrece esta posibilidad. A pesar de la distancia, todas las imposiciones pueden contratarse en línea a través de la fintech alemana Raisin, que permite a los españoles acceder a más de medio centenar de productos de ahorro europeos, todos ellos cubiertos por los FGD de sus respectivos países. De vuelta a España, se encuentra el depósito a un año de Pibank, la marca online de Banco Pichincha. Renta al 0,80% TAE, abona los intereses trimestralmente y no exige un importe mínimo. Puede contratarse por internet, la cancelación anticipada está permitida y está protegido por el FGD nacional. Otra entidad, también online, cuyos depósitos se alejan de la media es WiZink. Su catálogo está compuesto por tres productos: un plazo fijo a 18 meses al 0,75% TAE, otro a 25 meses al 0,90% TAE y un tercero a 36 meses al 1,05% TAE. El importe mínimo en todos los casos es de 5.000 euros y los intereses se pagan cada trimestre. La entidad permite cancelar sus depósitos antes de tiempo. Como en el caso anterior, el FGD de referencia es el español.

Todo sobre las pin-ups. Desde antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando alcanzaron un éxito inesperado, tuvieron usos y significados diferentes. Durante la Segunda Guerra Mundial, las ilustraciones de chicas pin-up -mujeres con poca ropa y actitud pícara- eran tan populares que hasta los bombarderos estadounidenses llevaban una en el frente del fuselaje. En trajes de baño o ropa militar, con camisas atadas a la cintura o polleras al viento, y hasta en ropa interior, estas imágenes sensuales y a la vez ingenuas adornaban también los talleres de autos y las tiendas de campaña. “Era una época en que las mujeres tenían más y mostraban menos”, apunta Dian Hanson, editora de la colección Sexy Arts de Taschen, en The Art of Pin-up, un libro que ella compiló y que acaba de lanzar la editorial con un recuento histórico y capítulos dedicados a los diez autores más destacados del género, entre ellos, Gil Elvgren, George Petty y el peruano Alberto Vargas.

Si bien el término pin-up -”fijar con tachuelas”- se acuñó en 1941, las primeras creaciones de este tipo aparecieron hacia 1886 en revistas francesas, de la mano de Jules Chéret -conocido como el padre del póster moderno-, y en 1895, en los Estados Unidos. Entonces, Charles Dana, un dibujante de la revista Life, creó a la Gibson Girl, una fémina desenvuelta que encarnaba el espíritu de la nueva mujer que estaba naciendo. Dana la delineó jugando al tenis o andando a caballo o en bici. Eran los años dorados de la ilustración. La bicicleta había sido la gran conquista femenina -una mujer ya no necesitaba de un hombre para ir de un lugar a otro- y la lucha por el sufragio femenino en los EE.UU. Los vestidos y corsets fueron reemplazados por ropa más cómoda y también más reveladora, que marcaba, por ejemplo, las piernas, antes ocultas bajo capas de tela. “Al intentar ganarse un lugar en un mundo de hombres, las mujeres los liberaron para que estos las miraran y las apreciaran de una forma más apasionante”, escribe Hanson.

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